Hoy, 14 de febrero, se celebra el Día Mundial de la Energía. Este día se instituyó en 1949 con el objetivo de promover el uso de fuentes alternativas y disminuir el de las energías no renovables. Casi 70 años después, ¿tenemos algo que celebrar? Nosotras creemos que sí y por eso dedicamos este post a todos los proyectos y personas que trabajan (y trabajamos) los 365 días del año por alcanzar un nuevo modelo energético en el que se reconozca el acceso a la energía como un Derecho. Una energía que no desplace, que no excluya, que no oprima, que no mate, que no empobrezca, que no contamine, que no acabe con los recursos naturales, que no deje a nadie fuera… Una energía de y para las personas.
Hoy, es un día de celebración reivindicativa, de continuar alzando la voz para manifestar y denunciar los abusos de las grandes compañías que, sin ningún atisbo de vergüenza, se presentan como las abanderadas e impulsoras de una transición energética maquillada y edulcorada. Una transición que no transita, que pasa del petróleo y el carbón al gas sin despeinarse, donde la soberanía ciudadana está secuestrada, androcentrista y heteropatriarcal, neocolonialista, explotadora, donde la vida no tiene cabida y es desplazada y reducida a un mero accidente, neoliberal, etc. y todo ello con el beneplácito de quienes nos gobiernan que desde sus sillones ya imaginan un futuro en algún consejo de administración de alguna de esas empresas del oligopolio.
Pero también es un día para visibilizar y poner sobre la mesa la infinidad de iniciativas y alternativas que están, realmente, transformando nuestro actual modelo energético. Porque son precisamente los pequeños proyectos, o no tan pequeños, los que han elevado al debate político y social no sólo los retos a los que nos enfrentamos si no también el diagnóstico de la situación y las propuestas. Alternativas construidas desde abajo, desde los barrios, las asambleas, las universidades y centros de investigación -precarizados- (los presupuestos para I+D se han reducido en un 36 por ciento desde 2009 y más de 37.000 investigadoras e investigadores han salido de España en busca de un futuro), las cooperativas, las organizaciones ecologistas y sociales, las empresas de la economía social y solidaria, los hogares…
Porque la ciudadanía no se resigna, y le planta cara al oligopolio, hoy hablamos de los logros alcanzados, de los logros colectivos.
En 2012 nacía la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, 451 Organizaciones y más de 4.000 personas que llevan 6 años denunciando el actual modelo energético pero también visibilizando que hay otra forma de hacer las cosas. Y es por ello que como consumidoras y consumidores tenemos un papel clave que pasa por corresponsabilizarnos de nuestras acciones y decisiones dejando de ser actores pasivos y convirtiéndonos en prosumidoras y prosumidores. ¿Cómo podemos hacerlo? Por ejemplo, contratando el servicio de electricidad con comercializadoras (muchas de ellas cooperativas) que estén claramente posicionadas en la necesaria transición energética y que apuestan por un modelo basado en el ahorro, la eficiencia energética, las fuentes renovables y la activación ciudadana. La campaña Un Millón se Sale recoge a muchas de ellas: Ecovatios, Solabria, Enercoluz, Som Energia, GoiEner, EconActiva, La Corriente, La Solar, Zencer, EnergÉtica, Próxima Energía, Hidroeléctrica El Carmen Energía, Nosa Enerxia. Muchas de estas cooperativas también forman parte de la Unión Renovables, Unión de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de Energías Renovables que agrupa a 17 cooperativas de ámbito municipal/regional, algunas de muy reciente creación pero otras que llevan casi 100 años apostando por un modelo cooperativista, horizontal y democrático.
Más de 70.000 socias y socios que desde las diferentes cooperativas hacen posible esta transición energética.
Desde Som Energia, que cuenta con grupos locales y secciones territoriales por toda España, han lanzando la campaña «Generation kWh», una generación de 3.137 personas que ya han invertido 3.005.200 de euros para autoproducir 5.108.840 kWh de energía renovable. Y, en las próximas semanas se cumplen 3 años de la campaña «Recupera el Sol«, promovida por Som Energía y ecooo, que ya ha movilizado a más de 800 personas para recuperar 13 plantas fotovoltaicas en peligro de desconexión, con una inversión de más de 2,4 millones de euros y logrando que se hayan dejado de emitir a la atmósfera más de 800 toneladas de CO2 al año.
Otro proyecto empoderador e ilusionante es «Viure de l´aire», cuyo objetivo es instalar un aerogenerador de propiedad compartida, que permita generar electricidad renovable, haciendo posible la solidaridad entre las personas que viven en zonas urbanas y las que viven en zonas rurales. Socializar para convertirnos en productoras y productores de energía renovable. Y, de esto sabemos un poco, tras 13 años en los que hemos socializado 77 instalaciones fotovoltaicas transformándolas, gracias a más de 3.000 participaciones, en plantas de energía solar comunitarias.
La participación en una planta fotovoltaica o eólica como forma de inversión ética, comprometida, responsable y sostenible.
Colectivos y organizaciones tanto ecologistas como sociales (Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Movimiento Ibérico Antinuclear, Xarxa per la sobirania energètica, Foro Extremeño Antinuclear, Ingeniería Sin Fronteras, ONGAWA, Greenpeace, InspirAction, WWF España, Amigos de la Tierra, SEO/BirdLife, EAPN, etc., etc.) también se sitúan al frente de la transición energética con acciones de denuncia pública y judicial, recogida de firmas, marchas multitudinarias o elaboración de estudios sobre la pobreza energética en nuestro país. Y, con respecto a este último punto, la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) está inmersa en un crowdfunding para poder elaborar su 4º estudio sobre pobreza energética que cada día afecta a más personas (en 2016 el 11% de los hogares, más de 5 millones de personas en España, se declaraba incapaz de mantener su vivienda a una temperatura adecuada durante la estación fría y el 8% aseguraba haber tenido retrasos en el pago de las facturas debido a dificultades económicas). Además, con motivo de la Semana Europea de la Pobreza Energética, ayer se presentó en el Teatro del Barrio el Estudio Técnico de la pobreza energética en la ciudad de Madrid elaborado por Ecologistas en Acción y en el que se analiza la situación de escasez de suministros básicos en la que se encuentran miles de familias en la ciudad. Y, este sábado 17 de febrero la ciudadanía está convocada, por numerosas organizaciones, a salir a la calle y manifestarse contra esta forma de exclusión y reclamar que se declare el 17 de febrero el Día Europeo de lucha contra la pobreza energética.
Avanzar hacia un modelo energético distribuido, democrático, renovable, participativo y descentralizado debe ser uno de los objetivos de Ayuntamientos e Instituciones. Y, en esta línea encontramos iniciativas municipales muy interesantes, como: la compra directa, por parte de algunos consistorios, de la energía consumida en edificios públicos, al margen del oligopolio, como en el caso de Rivas Vaciamadrid (en un mes ya han ahorrado un 20% en la partida destinada a este gasto), Avilés y Canfranc; la aprobación del bono social de Cádiz que respaldaría a más de 2000 familias que no pueden hacer frente al recibo de la luz; la creación y puesta en marcha de la comercializadora pública de energía eléctrica Barcelona Energía, que opera desde hace unos días con una potencia instalada de 45 MW, exportando a la red aproximadamente 200.000 MWh eléctricos de energía verde, de proximidad y ligada a la economía circular (que equivaldría al consumo aproximado anual de unas 87.000 familias); el compromiso con el ahorro y la eficiencia energética apostando por una completa diagnosis y adecuada gestión de los recursos, creando un equipo multidisciplinar tanto técnico como político y activando a la ciudadanía, a través del proyecto ecooolocal, al que se han sumado más de 40 Ayuntamientos e Instituciones y que cuenta con alianzas locales en los distintos territorios (AEIOLuz, ICEACAN, EKOooo, SOMOS, CooperaSE y Econactiva); o el proyecto 50/50 que promueve la participación de la comunidad escolar para la puesta en marcha de medidas de ahorro y eficiencia energética, con el objetivo de comprender, valorar y responsabilizarse del consumo energético desde el colegio.
Pero este recorrido por algunos proyectos e iniciativas no tendría razón de ser sin visibilizar lo que tanto tiempo ha sido invisibilizado, el papel de las mujeres en todo este proceso, nuestro papel como agentes activas del cambio. Y, en las últimas semanas, nos hemos encontrado, reencontrado y compartido para avanzar juntas hacia una transición energética ecofeminista, al servicio de las personas, donde la ciudadanía, en su conjunto, coopere, se organice y participe, comprometiéndose con el bienestar y la sostenibilidad de la Tierra, desde los cuidados y el apoyo mutuo, reconociendo y desprecarizando la vida y frenando la exclusión.
Porque si algo hemos dejado claro en Madrid y Bilbao es que las mujeres tenemos voz, muchas cosas que decir y aportar e infinitas energías para recorrer este camino de deconstrucción y transformar totalmente este modelo que se lleva demasiado tiempo sustentado en en las opresiones, el extractivismo y la dominación de las y los excluidos.
Un transitar en el que tenemos que estar todas y todos.
Un cambio de modelo energético, pero también socio-ambiental y económico que debe tener muy presente el poder de lo colectivo. Porque podemos actuar de manera individual pero los grandes logros, las grandes transformaciones se producen cuando nos unimos y recordamos que somos seres sociales, codependientes e interconectados que constituyen comunidades. Comunidades muy diversas pero que tienen que priorizar, todas ellas, el bien común, entretejiendo lazos y redes que acojan, apoyen y actúen contra cualquier tipo de desigualdad y sitúen la vida, en todas sus vertientes, en el centro de las decisiones.
Un recorrido breve por tantos y tantos proyectos, muchos de ellos ni tan siquiera nombrados, (en el tiempo de descuento gracias a MARES por lo que nos está dando, por el aprendizaje continuo que supone compartir con tantas personas sus sueños, ideas e iniciativas) pero que también son los que hacen posible todo lo ya mencionado. Y como de eso va este día, de celebrar y visibilizar, nos encantará continuar tejiendo estas redes y manteniendo este post vivo. Así que esperamos tu aportación para alcanzar lo tantas veces dicho:
¡Toda una revolución energética ciudadana!