Comprender, valorar y responsabilizarse del consumo energético desde el colegio. En la actualidad, tres centros públicos de la localidad madrileña de Alpedrete, junto con otros dos de Moralzarzal, así como un colegio privado de Valencia, participan en el proyecto 50/50, iniciativa que promueve la participación de la comunidad escolar para la puesta en marcha de medidas de ahorro y eficiencia energética.
Son las nueve de la mañana y suena la campana que marca la jornada para miles de niñas y niños que cada día acuden a estudiar a los colegios públicos y privados de nuestro país.
Luces encendidas, persianas bajadas y calefacción puesta reciben al joven alumnado. A medida que transcurren las horas y se suceden las diferentes clases, la temperatura va aumentando y ya no sólo se acumulan los abrigos si no también los jerséis, chaquetas y sudaderas. Los ordenadores y proyectores permanecen encendidos y, en el mejor de los casos, en un silencioso stand by. Cientos de niñas y niños que cada día hacen uso de los servicios del centro educativo y, en muchos casos, se producen y reproducen comportamientos de malgasto y derroche de energía y agua. Cisternas de otros tiempos que se atascan y no dejan de verter agua, grifos abiertos mientras se enjabonan las manos o por diversión, pabellones deportivos convertidos en saunas o comedores con todas las luces encendidas, Los recursos energéticos y el agua están muy presentes en la rutina escolar y, sin embargo, el alumnado no es consciente de ello.
Ante este panorama un tanto desolador, emerge con luz propia el proyecto 50/50, que viene a poner en la mente de toda la comunidad educativa la importancia de ahorrar y ser eficientes energéticamente. El objetivo no sólo pasa por reducir gastos, sino, sobre todo, por situar la protección y la conservación del medioambiente en el centro de cada una de nuestras acciones y, contribuir a reducir las emisiones de gases contaminantes, principalmente C02, que se vierten a la atmósfera.
Con esta visión holística presente y asumiendo el papel que desempeña cada uno de los actores que componen el mapa educativo, se pone en marcha la iniciativa 50/50, englobada dentro del proyecto ecooolocal, en Alpedrete.
La localidad madrileña apuesta por aplicar la iniciativa 50/50 en tres de sus colegios públicos de primaria, el CEIP Clara Campoamor, El Peralejo y Los Negrales, durante el curso 2016-2017. La decisión viene marcada por el compromiso con el entorno y, por los resultados económicos arrojados tras la diagnosis energética elaborada por la empresa de no lucro ecooo revolución solar para el Ayuntamiento. Si se observan los números, durante el año 2015, las partidas de energía y agua en los cuatro colegios públicos de Alpedrete ascienden a 113.494 € euros, un 16,2% del gasto total del Consistorio en ambas partidas y un 1,2% del presupuesto total. Este gasto se sitúa por detrás del registrado en instalaciones deportivas (40%) y de alumbrado público (18%), áreas en las que también se están realizando actuaciones encaminadas al ahorro y la eficiencia energética. Estos datos, palabras textuales de la dirección de los colegios, han dejado con la boca abierta a toda la comunidad educativa, estudiantes, profesorado, personal de limpieza y mantenimiento y madre y padres del alumnado. “Después de conocer el gasto que se hace, las niñas y niños han sido las primeras que han querido implicarse en esta iniciativa“, explica Alfonso Alfonso, director del CEIP Los Negrales.
Esta experiencia educativa novedosa e innovadora, se viene aplicando con éxito en diferentes colegios de Alemania desde principios de los años noventa, alcanzando una repercusión cada vez mayor de manera progresiva. Sin embargo, no es hasta el año 2008 cuando el proyecto adquiere una nueva dimensión gracias al replanteamiento del modelo y la implantación de una nueva metodología que confiere un papel trascendental a las redes. Y, es este tejido y desarrollo en red lo que permite su aplicación e un número mayor de colegios, primero en Barcelona y, posteriormente, en todo el territorio nacional.
Alpedrete viene a replicar el éxito que ha obtenido el Ayuntamiento de Rubí, con los proyectos 50/50 en las escuelas del municipio. A través de la iniciativa de “Rubí Brilla”, consiguieron disminuir el coste energético un 24 % en los centros escolares de esta localidad barcelonesa en el curso 2014/2015, lo que supuso un ahorro de 74.000 euros, y cuyo total ha ascendido a 223.000 euros durante sus cuatro primeros años.
El nombre que recibe esta iniciativa, “50/50”, se debe precisamente a que la mitad del ahorro conseguido en los centros escolares se invierte en nuevas medidas de eficiencia energética y, la otra mitad, se destina, mediante subvenciones directas, a lo que decida colectivamente la comunidad educativa. Aunque, a priori, la motivación puede parecer económica, cuánto más ahorro, más incentivos para continuar aplicando estos nuevos hábitos, la realidad es que una comunidad activa y concienciada no necesita alicientes monetarios para transformar su entorno. La activación de la ciudadanía y su implicación y participación permiten el empoderamiento de la comunidad, haciéndola copartícipe no sólo de las pequeñas decisiones diarias sino también de las presupuestarias, Promover una cultura de la participación se presenta como una necesidad urgente, que nace del sentido común, para conseguir que los cambios en el entorno local perduren en el tiempo. El proyecto 50/50 pone en valor el potencial transformador de la comunidad educativa y su amplia capacidad para influir, de manera indirecta, en otros espectros de la ciudadanía, como el entorno familiar por ejemplo. Una iniciativa con un amplio recorrido que impulsa una nueva generación de personas concienciadas y reporta no sólo unos beneficios económicos sino también medioambientales y sociales.
Medidas y acciones para ahorrar
“Desde el primer momento que el Ayuntamiento nos mostró el gasto exagerado de agua y luz que se hacía en el colegio, vimos claro que teníamos que hacer algo”, afirma Carlos Moreno Manzano, director del colegio CEIP El Peralejo. Y la reacción no fue distinta en el CEIP Clara Campoamor y el CEIP Los Negrales, los dos centros educativos de la zona que también han puesto en marcha los proyectos 50/50. Con los números en la cabeza y con un reto que cumplir, estos tres colegios, que trabajan desde hace varios años el tema medioambiental a través de la ecoescuelas, comenzaron organizando un equipo energético compuesto por estudiantes, profesorado, personal de la limpieza, cocina, conserjería y las empresas contratadas para de las actividades extraescolares. “Teníamos dudas porque pensábamos que iba a haber una resistencia, sobre todo por parte de los adultos, a cambiar cierto hábitos, ya que les iba a suponer un extra. Sin embargo, me ha sorprendido ya que la comunidad educativa ha aceptado estas medidas sin ningún problema”, apunta el director de CEIP El Peralejo.
Apagar las luces cada vez que se abandonan las aulas, programar los ordenadores para que no permanezcan en stand by, regular las calefacciones o reducir el caudal de agua, son algunas de las medidas que los colegios han comenzado a poner en marcha. Aunque todas son muy parecidas, cada centro establece sus propias dinámicas: por ejemplo, en el CEIP Peralejo, existe un responsable energético encargado de apagar las luces cuando se sale de las aulas, en el CEIP Los Negrales el Comité Medioambiental formado por estudiantes de 10 a 12 años revisa las aulas a la hora del recreo y al final de las clases para que todas las luces y proyectores queden apagados.
En el CEIP Clara Campoamor designan en cada clase a diferentes encargados y encargadas de apagar las luces, subir y bajar las persianas, controlar los radiadores y desactivar los proyectores. Según Bernardo Martínez, jefe de estudios del CEIP Clara Campoamor, “el alumnado está tan implicado que no paran de proponer ideas, que a las personas adultas, ni siquiera se nos hubieran ocurrido. De hecho, uno de nuestros estudiantes ha propuesto poner unas anillas en los pulsadores para así evitar derrochar agua”.
Las buenas prácticas y experiencias que cada colegio va teniendo se transmiten entre las y los estudiantes a través de un comité local en el que se reúnen representantes de cada colegio para hablar de las medidas puestas en marcha: “Por ejemplo, hemos copiado la idea del CEIP Negrales y ahora colocamos termómetros en las clases para descubrir la temperatura ideal de las aulas, o cómo desciende si se abren las puertas o ventanas”, indica el jefe de estudios del CEIP Clara Campoamor.
Apoyo consistorial
Desde el Ayuntamiento de Alpedrete tienen claro que el primer paso para reducir las emisiones de CO2 y conseguir ahorrar costes desde el Consistorio pasa por poner en el centro de las medidas a la ciudadanía. A mediados de año, el Ayuntamiento puso en marcha de la mano de la empresa de no lucro Ecooo, una diagnosis energética para descubrir los gastos reales que el municipio estaba teniendo con los suministros de luz y agua. A partir de ahí, el Consistorio ha establecido una serie de pautas con el objetivo de lograr un mayor ahorro y eficiencia energética. Con el proyecto 50/50, el Ayuntamiento de Alpedrete pretende “que las alumnas y alumnos puedan comprender, valorar y responsabilizarse del consumo energético de sus colegios”, como apunta Guiomar Romero, Concejala de Medio Ambiente y Energía.
Las acciones que el Consistorio está impulsando se enmarcan dentro del proyecto Ecooolocal. Una iniciativa impulsada por ecooo, a la que se han unido 17 ayuntamientos de la geografía española para promover un nuevo modelo energético, donde la ciudadanía es la protagonista.
Aplicación de medidas y cambio de hábitos para luchar contra el cambio climático y reducir las emisiones de CO2 desde el ámbito educativo. La cultura energética debe ser transmitida desde la más temprana edad consiguiendo así interiorizar el ahorro y la eficiencia energética desde el colegio.
Desde los tres colegios, afirman que toda la comunidad educativa afronta este reto con gran ilusión, especialmente el alumnado, quienes promueven nuevas iniciativas y proponen nuevas tareas convirtiéndose así en el mejor altavoz de la iniciativa, más allá de las puertas, paredes y ventanas del centro escolar.
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