El impacto social como herramienta para empoderar a la ciudadanía

04/03/19 | ENERGÍA

¿Cuáles son las cifras importantes cuando hablamos de impacto social?

Hace más de cuatro años, impulsamos junto a Som Energía el proyecto Recupera el Sol, conscientes de la necesidad de generar sinergias entre organizaciones para lanzar iniciativas con impacto social.

Hoy celebramos, gracias a todas las personas que participáis en el proyecto Recupera el Sol, el éxito compartido de un proyecto construido sobre unos cimientos que hablan de participación, de empoderamiento de comunidades, de apoyo a grupos locales e impulso de iniciativas sociales, recuperando 80kW de potencia junto al Grupo Local Som Energía Valencia.

Un balance que refleja los impactos que van más allá de la cifra y cuya medición de indicadores nos remite a una fotografía en la que todos los agentes implicados narran la historia común, que tiene en las capas anteriores al balance final de la tan manida RSC, el verdadero impacto social positivo.

¿Pero cuál es el verdadero impacto social?

Cuando hablamos de las inversiones con impacto social, nos referimos a aquellas que generan una repercusión positiva en la sociedad o en el medio ambiente, además del retorno financiero. En los últimos años, esta tipología de inversión creció en Europa un 131,6% entre los años 2011-2013, y un 385% entre 2013-2015. En España aunque aún es incipiente, tiene una clara tendencia al alza, produciéndose un crecimiento del 207% para el período 2013-2015.

Sin embargo, cuando sólo se miden criterios cuantitativos y el objetivo se encamina a centrarse en los resultados, como respuesta a la influencia de la lógica empresarial tradicional, no es posible que haya un verdadero cambio de paradigma que lleve aparejado una verdadera transformación ecosocial. “Para definir el concepto de impacto es preciso diferenciar entre efecto, resultado e impacto. […] el impacto es el cambio inducido por un proyecto sostenido en el tiempo y en muchos casos extendido a grupos no involucrados en este (efecto multiplicador)”; según Barreiro Noa G. en Evaluación social de proyectos .

La tendencia actual está enfocada a estandarizar metodologías de medición de impacto, con el fin de fomentar su utilización, pero también para incrementar su eficacia. Y, de nuevo la pregunta sería, ¿la eficacia se debe medir en términos económicos y cuantitativos? 

En la era de los datos, de los números, de la inmediatez, ¿estamos relegando y dejando en el camino otro tipo de repercusiones de nuestros proyectos? ¿Qué y quiénes se quedan en los márgenes de las métricas? ¿Debemos limitarnos implementar el impacto social en nuestras organizaciones sin atajar las verdaderas desigualdades o incongruencias del sistema? ¿No debería ir ligado el impacto social a una economía precisamente social y solidaria?

Para no dejar a nadie atrás y que exista una verdadera justicia social, es necesaria una ciudadanía que participe activamente en este tipo de proyectos, en realidad, en todos. Pero también es imprescindible que los proyectos sean democráticos y las Administraciones se involucren más, incorporando no sólo criterios económicos en sus licitaciones públicas si no también sociales y medioambientales.

Cuando se sitúa en el centro de la economía y de las inversiones a las personas, la ética y la sostenibilidad del planeta, las cifras cobran sentido porque no se limitan a los números.

Y un ejemplo de todo esto es el proyecto Recupera el Sol
Cuatro años después de poner en marcha el proyecto Recupera el Soljunto a Som Energía, la ciudadanía sigue multiplicando el efecto positivo de esta iniciativa. Personas cada vez más empoderadas han permitido la socialización de 24 plantas que se encontraban en riesgo de desconexión, convirtiéndose en productoras de energía renovable. Y lo hacen al tiempo que apoyan la labor encomiable de los Grupos Locales y Secciones Territoriales de Som Energía. Recibir un 4,5% de rentabilidad anual después de impuestos pero, sobre todo, dar; así el 5% de los ingresos obtenidos tras la venta de la electricidad son donados a estos Grupos y Secciones que les permitan llegar aún más lejos. Unos recursos económicos que multiplican el alcance de sus acciones formativas e informativas, su presencia en Ferias, sus recursos materiales, etc.
Una ciudadanía que impulsa el cambio de modelo energético desde la participación activa, que ha decidido invertir éticamente sus ahorros en este proyecto porque saben que las cosas se pueden hacer de otra manera y, que el cambio, está en sus manos.
Cuatro años después de poner en marcha Recupera el Sol, podemos hablar de más de 3.100.000 de euros invertidos en la recuperación y socialización de 24 plantas fotovoltaicas, por más de 1200 personas; una inversión media que ronda los 2.500€; 1.100.774 kWh/año de energía renovable producida; 956 toneladas de CO2 no emitidas a la atmósfera;  u 801 kWp de potencia instalada.
Pero, ¿estas son las cifras importantes?

Está claro que lo son porque reflejan una ciudadanía que participa activamente en ese cambio de paradigma que mencionábamos. Pero las cifras realmente importantes son las que no se ven a primera vista, es necesario bajar a lo local, a la base, a los barrios. Proyectos que se replican en los territorios, desde abajo, para llevar otro modelo energético a todos los hogares y rincones de España, teniendo en cuenta la pobreza energética, las desigualdades sociales y de género, la transversalidad, la democracia interna o la horizontalidad.

En 18 días la ciudadanía ha invertido 211.100€ para recuperar 4 plantas fotovoltaicas con Recupera el Sol Valencia. ¡Abrimos a la socialización Recupera el Sol Valencia 8!

Otra forma de hacer las cosas es posible,  ¿te unes al proyecto Recupera el Sol?