Un (no) uso partidista de los fondos
Todas ellas, al unísono y tras la celebración de las elecciones autonómicas y generales, acaban de caer en la complejidad de la tramitación de esas ayudas, hasta el punto de que han preferido renunciar a un total de 300 millones de euros antes que ponerse a trabajar para resolver, por su cuenta o junto al Gobierno central, los cuellos de botella existentes. Bueno, para ser justos ya venían tiempo criticando el sistema (el mismo, por cierto, que rige para otros paquetes de ayuda para los que no se han plantado); pero ahora, en sintonía con el nuevo mapa político, han llegado al extremo de hacerle ascos a ese dinero. El problema es que romper de esta manera la baraja, salvo replanteamiento de última hora, dejará a Andalucía, Madrid, Galicia, Castilla y León, Canarias, Murcia, Islas Baleares, Extremadura, La Rioja, Ceuta y Melilla sin el incentivo económico para reducir, mediante el autoconsumo, su recibo de la luz, sus emisiones y ganar en independencia energética. No así para Comunidad Valenciana y Cantabria que que, a pesar de compartir el color político de los gobiernos mencionados y también, seguramente, las críticas por la burocracia, han optado no obstante por acoger en sus arcas la partida que les corresponde para su posterior reparto.
Además, se da la circunstancia de que el eventual daño autoinfligido se produciría en plena campaña de la oposición, por tierra, mar y aire, denunciando el escaso aterrizaje de los fondos europeos en la economía real. Mal puede llegar a la ciudadanía un dinero que no se quiere recibir.
Una prórroga que no se usa
Para más inri, el cálculo de las cantidades adjudicadas a cada comunidad autónoma no se ha hecho al tuntún, sino en función de la demanda no satisfecha. Y a ello se une, efectivamente, que las ayudas ya concedidas a la gente (la economía real) tardan mucho en abonarse. Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (Idae), con datos del mes pasado, las autonomías habían entregado o concedido sólo un 44% de las solicitudes ciudadanas; que arrancaron, no lo olvidemos, hace más de dos años.
De momento, el Idae ya comunicó en su momento a las comunidades autónomas una prórroga extraordinaria por si quieren replantearse su actitud y pedir las partidas que les corresponden; pero venció el 7 de diciembre.
Las subvenciones al autoconsumo, almacenamiento y sistemas térmicos (todos ellos de fuentes renovables) pueden llegar a suponer un abaratamiento del 50% del coste de cada instalación. Las financian los fondos europeos Next Generation y están dirigidas tanto a particulares como a empresas, como se puede ver en esta guía publicada por Selectra. Entre esas empresas se incluyen los colegios privados y concertados, entre los particulares, las comunidades de vecinos.
Por poner ejemplo de Madrid, la cantidad adjudicada en este último tramo asciende a 80 millones de euros, lo que implica movilizar una inversión total de 160 millones. Hasta ahora, las ayudas en esta comunidad autónoma ascendían a 202 millones, por lo que la partida de momento rechazada representaría un incremento superior al 39%.
La energía ciudadana
En Ecooo consideramos que es inaceptable los frenos que, una vez más, se ponen al autoconsumo. España es el país europeo con más horas de sol, y por tanto, su ciudadanía podría ser la más beneficiada de la transición energética. Sin embargo, distribuidoras y gobiernos conservadores no hacen más que poner palos en las ruedas. Las primeras, demorando más de un año en activar las instalaciones de autoconsumo, los segundos, frenando o, directamente, no solicitando las ayudas destinadas a la transición energética.
Cuando existía el impuesto al sol, Ecooo llevó a cabo una fuerte campaña llamada Desobediencia Solar que llamaba a la Revolución Solar, y llevar a cabo instalaciones de autoconsumo a pesar de las trabajas de la legislación. Hoy, a pesar de que las ayudas no lleguen como nos gustarían, instalar autoconsumo sigue siendo rentable. No solo económicamente sino también para el planeta y para generaciones futuras. Volvemos a llamar a la protesta. Hazte desobediente solar.