El día de la sobrecapacidad de la Tierra es el día del año en el que hemos consumido todos los recursos que teníamos disponibles para consumir durante este año, por este motivo, también se llama el día de la Deuda Ecológica, y está basado en el cálculo de la huella ecológica por país y persona.
Diferencias globales
Los países del norte y del sur global no consumimos igual. Los países del norte alcanzan su deuda ecológica antes en el año que los países del sur. España, concretamente, consumió todos sus recursos el día 12 de mayo. En el mapa inferior se puede apreciar de manera clara. Los países en rojo son aquellos que están en deuda ecológica, mientras que los países en verde son los que están, podríamos decir, regenerando la Naturaleza para que los países del norte la consuman.
España tiene una biocapacidad estimada por persona de 1,7 hectáreas globales por persona, y sin embargo, la huella ecológica de nuestro consumo está estimada en 4 hectáreas globales por persona, es decir, contamos, en nuestro país, con un déficit ecológico de 2,3 hectáreas globales por persona.
¿Qué podemos hacer para reducir la huella ecológica?
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Eliminar el consumo de combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles son los principales causantes del calentamiento global. Es necesario eliminar su uso, o desde luego, reducirlo drásticamente. A nivel individual podemos cambiarnos de comercializadora de energía a una que solo venda renovable, producir nuestra propia energía a través de placas fotovoltaicas, reducir el gasto energético, cambiarte al coche eléctrico o usar la bici.
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Reducir el consumo de carne
Según Greenpeace España “el sector agrícola fue el único sector que incrementó sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 (últimos datos disponibles del MITERD) y en gran medida debido a las emisiones provenientes de la ganadería, siendo las emisiones de metano – el segundo gas de efecto invernadero con más emisiones en España – una clara demostración de la contribución de la ganadería a la crisis climática: el sector agrícola es el responsable del 63% de las emisiones totales de metano y la ganadería del 98% de estas”.
En España no existe una definición consensuada de qué es un a macrogranja, ni un registro oficial de macrogranjas. Según los datos, existen 3.235 macrogranjas de aves y cerdos, pero las de vacas y ovejas no están contempladas. Según la plataforma Stop Ganadería Industrial “la contaminación que la mezcla de orín con excrementos causa en la atmósfera es consecuencia de la eliminación del nitrógeno en forma de amoníaco, principalmente a través de los orines. En solo seis años, la contaminación atmosférica por las emisiones de los purines se duplicó, pasó de 9.500 toneladas en 2012, a 21.000 en 2018, según el registro oficial de contaminantes PRTR”.
El problema adicional es que muchas macrogranjas se están implementando para obtener biogás, usando además, los fondos Next Generation que están, en teoría, destinados a la transición climática justa. “El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) gestionará 10.000 millones de los Next Generation, que deberían estar basados en criterios medioambientales y climáticos, pero la gran industria cárnica ya ha cogido carrerilla y pretende aumentar su producción mediante “la creación de plantas de tratamiento de purines de los animales que viven hacinados en las macrofábricas de carne industrial, con el fin de producir biogás”, según El Salto.
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Consumir menos en general
Según Amigos de la Tierra “la extracción y el procesamiento de materias, combustibles y comida representan alrededor de la mitad de todas las emisiones climáticas. Son responsables de más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y la falta de agua potable”.
Es necesario reducir el consumo individual y agregado. Ropa, tecnología, comida, viajes… todo ello tiene tremendos impactos sobre la Tierra. Vivimos por encima de nuestras posibilidades ecológicas.