El pasado 3 de julio, fue el día más caluroso de la historia, en el que la temperatura media mundial ascendió a 17,01 grados. Hasta ahora el día más caluroso había sido el 14 de agosto de 2016 con 16,92 grados. Este evento es de extrema preocupación en el marco del calentamiento global, y ha coincidido con la revisión de los objetivos del PNIEC -Plan Nacional Integrado de Energía y Clima – por parte del Gobierno de España, a instancia de la Unión Europea. Esta revisión incluye objetivos más ambiciosos, pero todavía quedan algunos flecos a los que no se les presta suficiente atención.
La revisión de los objetivos del PNIEC 2023 – 2030
La revisión de los objetivos del PNIEC, en la actualidad sometido a consulta pública, consta de las siguientes novedades respecto del anterior Plan:
- 32% de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a 1990 frente al 23% que se proponía en el plan anterior.
- 48% de renovables sobre el uso final de la energía, frente al 42% anterior.
- 44% de mejora de la eficiencia energética en términos de energía final, frente al 41,7% del Plan anterior.
- 81% de energía renovable en la generación eléctrica, frente al 74% del plan anterior.
- Reducción de la dependencia energética hasta un 51%, frente al 41% anterior.
La proyección del autoconsumo, positiva
Asimismo, respecto de los objetivos de instalación de potencia fotovoltaica, se han incrementado de 36 GW a 76 GW. Por otro lado, en la Hoja de Ruta del Autoconsumo, que establecía los objetivos de Autoconsumo, se barajaban entre 9 GW y 14 GW de potencia fotovoltaica en autoconsumo. En el actual Plan, se fija como objetivo 19 GW de autoconsumo fotovoltaico instalado. La relación entre fotovoltaica conectada a red y autoconsumo en otros países con mayor implantación fotovoltaica se sitúa en 1 a 3. Esto nos exige un ritmo de 2.5 GW de autoconsumo hasta final de 2030. Por tanto, hay que fomentar de manera decidida el autoconsumo colectivo de proximidad, con instalaciones próximas a la demanda, para alcanzar esa cifra. En 2022, lo conseguimos sólo con autoconsumo individual, pero este año comprobaremos que tan solo con instalaciones individuales no llegaremos a cumplirlo. Por este motivo sería muy interesante desglosar en la próxima Hoja de Ruta del Autoconsumo, los objetivos de autoconsumo individual, colectivo y Comunidades Energéticas Locales.
En Ecooo consideramos que el autoconsumo tiene que ser la apuesta principal para la generación eléctrica, ya que es la única tecnología que garantiza que la energía está en manos de las personas a fecha de hoy, además de contar con otra serie de ventajas como por ejemplo, que incrementa la generación global de renovable, reduce las pérdidas del sistema, se produce un descenso de la demanda global del mercado, ayuda a aumentar la cultura energética, ya que la persona que se lo instala, se convierte en electrificadora de consumos futuros, ayuda a la bajada de precios de la electricidad, ya que al bajar la demanda e inyectar renovable, es un vector de descenso de precios y, además, genera empleo estable para pymes y autónomos. Por todos estos motivos, aplaudimos esta decisión, y esperamos que, de una vez por todas, se implementen de manera masiva las comunidades energéticas locales y se solucionen los cortapisas al autoconsumo colectivo que principalmente imponen las grandes distribuidoras, tal y como denunció la Alianza por el Autoconsumo hace unas semanas.
Los beneficios para los de siempre
Los macroparques solares y eólicos son la gran apuesta del sector privado y el Gobierno para alcanzar los objetivos de instalación de renovables. Obviamente, tan solo grandes empresas pueden enfrentar proyectos de esta envergadura. Según un reportaje publicado en El País, las 152 instalaciones de energías renovables aprobadas están en manos de 36 grandes empresas españolas, multinacionales y fondos de inversión. Más de la mitad de los proyectos (72) los llevarán a cabo empresas de capital extranjero. La italiana Enel (dueña de Endesa) es la que más ha conseguido: 14 fotovoltaicos y seis eólicos. La francesa TotalEnergies tiene otros 12 y la austriaca Verbund AG, ocho. Al menos tres proyectos están controlados por fondos de inversión con sede en Luxemburgo. Solo hay una empresa no europea: el grupo saudí Al Fanar, centrado en el sector eólico.
Entre las españolas destacan los 17 proyectos de Iberdrola (tres eólicos) cuyo mayor accionista es el fondo qatarí y los cinco de Solaria, propiedad de Enriquez Díaz Tejeiro, una de las 100 personas más ricas de España. Entre los nombres conocidos que están invirtiendo en este tipo de instalaciones está también el de Javier Botín, hijo del expresidente del Banco Santander. A través de la sociedad de gestión de activos que controla junto al dueño de la metalúrgica Sindenor (Juan Antonio Jainaga) ha conseguido el permiso para el parque fotovoltaico Zalea, cerca de Málaga.
La demanda, todavía fósil
Asimismo consideramos que es imprescindible electrificar la demanda. Según el Balance Energético Provisional de 2022, tan solo el 22,5% de la energía final es eléctrica, mientras que casi el 64,8% depende del gas, productos petrolíferos y carbón. Según el borrador del nuevo PNIEC, está proyectado que las energías renovables en los tres usos principales – transporte, calefacción y refrigeración y electricidad – las renovables alcancen en 2030 el 48% del uso final de energía. Concretamente, el PNIEC espera que se alcance un parque de casi cinco millones y medio de vehículos eléctricos para el año 2030 – turismos, furgonetas, autobuses y motos-.
No tiene sentido instalar tanta potencia renovable para generación eléctrica cuando los usos industriales y domésticos no son capaces de absorberla. A pesar de que muchos de los macrohuertos proyectados pueden finalmente no ser ejecutados, tenemos una proyección de generación totalmente sobredimensionada para las necesidades actuales de electricidad. Es, asimismo, urgente incrementar las interconexiones peninsulares y no peninsulares y la capacidad de almacenamiento, que el nuevo PNIEC establece en 22 GW para 2030.
Para cumplir los objetivos del PNIEC no hace falta ir tan rápido. Podemos hacer la transición con energía de proximidad en manos de la ciudadanía y autoconsumo. La energía no puede ser un campo exento de democracia. La transición energética es una oportunidad para poner la energía en propiedad de las personas, que la gente pueda decidir sobre un bien básico, que la gente pueda empoderarse y entender cómo funciona la energía con el papel de prosumidor. El autoconsumo individual y colectivo es una vía para lograrlo, para poner la energía en manos de la gente y cambiar las reglas del juego.
Cambiando la propiedad de la energía se dan pasos hacia empoderar a las personas. Aunque haya que poner de su parte, los resultados aportarán consciencia a la sociedad mientras se crea comunidad.