Informe sobre el Autoconsumo colectivo en Madrid: la clave para una transición energética justa y democrática

18/12/25 | ENERGÍA

La transición energética no es solo una cuestión tecnológica. La tecnología es el medio que la hace posible, pero, sobre todo, es una cuestión de modelo, de democracia energética y de decisiones políticas. El pasado 3 de diciembre, junto a Ecologistas en Acción, presentamos el informe «Estimación del autoconsumo fotovoltaico en la Comunidad de Madrid». En él ponemos cifras a una idea clave para el territorio, generar energía cerca de donde se consume es posible, necesario y, sobre todo, mucho más justo en el marco de la transición energética.

Si revisamos los datos, vemos cómo la Comunidad de Madrid consume aproximadamente el 11% de la electricidad de todo el Estado, pero genera apenas entre el 7% y el 8% de la energía que necesita. En uno de los territorios más poblados y con mayor densidad de población de España, Madrid es altamente dependiente de la electricidad producida en otras comunidades, como Extremadura, donde se están desarrollando grandes instalaciones fotovoltaicas sobre suelo rural. Estos desiertos solares generan impactos sobre el territorio, contribuyen a la degradación ambiental y forman parte de los factores que agravan el abandono rural que sufren muchos municipios.

Frente a este modelo centralizado y altamente extractivo, el informe plantea una alternativa clara que pasa por priorizar el autoconsumo y, en especial, afianzar el autoconsumo colectivo en cubiertas y espacios urbanos ya antropizados. Apostar por esta vía permite avanzar en la transición energética sin alterar el paisaje ni las dinámicas sociales y económicas que dan sentido al territorio.

El potencial del autoconsumo

Los resultados del estudio reflejan que, utilizando solo el 75% de las cubiertas disponibles en la Comunidad de Madrid, se podría generar en torno al 26% del consumo eléctrico. Además, si se incorpora el uso del suelo urbano ya existente (aparcamientos, pérgolas, plazas o infraestructuras) el porcentaje podría aumentar hasta el 31%, reduciendo las pérdidas en la red y fomentando la producción de energía limpia sin ocupar suelo rural.

Es importante señalar que este 31% no se distribuye de forma homogénea en el territorio. La capacidad de generación es altamente desigual entre municipios. Algunos municipios pequeños podrían llegar a cubrir el 100% de su consumo eléctrico con energía fotovoltaica urbana. Sin embargo, en los municipios más grandes el margen se reduce considerablemente. En la ciudad de Madrid y su área metropolitana se concentra alrededor del 85% del consumo eléctrico de la región, y en este caso la autogeneración podría situarse entre el 13% y el 15%.

Por ello, el autoconsumo colectivo se consolida como una herramienta clave para dar el siguiente salto. Combinando generación distribuida, autoconsumo colectivo y acuerdos de proximidad entre territorios, y evitando los macroproyectos, sería posible generar la energía necesaria para abastecer de forma más justa y equilibrada al área metropolitana.

La clave pasa por el autoconsumo colectivo

En barrios densos, bloques de viviendas, polígonos industriales o edificios públicos, compartir una instalación fotovoltaica permite que el impacto social y energético de cada tejado se multiplique. Además, es la vía más directa para que la transición energética llegue a quienes no disponen de una vivienda unifamiliar y, hasta ahora, han quedado fuera del modelo del autoconsumo individual.

El principal obstáculo no es técnico, sino político. A pesar de los avances normativos de los últimos años, siguen existiendo barreras administrativas, una falta de planificación urbana y un reparto desigual de las ayudas públicas, que continúan favoreciendo a grandes actores frente a iniciativas ciudadanas y comunitarias.

Lo que observamos en el informe es una ausencia de planificación energética democrática del territorio, lo que explica que las plantas fotovoltaicas sobre suelo crezcan a un ritmo mucho mayor que las instalaciones sobre cubierta. Sin embargo, si se priorizara normativamente el uso de cubiertas y suelos urbanos, se establecieran objetivos claros de autoconsumo por municipio y se simplificaran los trámites administrativos, la revolución solar sería una realidad.

Ecooo Energía Ciudadana como parte de la solución

Una vez que el informe deja claro que el autoconsumo colectivo es clave, el siguiente paso es llevar esta transformación a nuestros hogares y comunidades. Aunque el proceso administrativo de instalación, activación y solicitud de subvenciones sigue siendo más complejo de lo que debería, en Ecooo contamos con más de dos décadas de experiencia acompañando a la ciudadanía en este camino.

Al apostar por el autoconsumo con Ecooo Energía Ciudadana, te aseguras de que la cooperativa se encarga de los trámites administrativos y de las gestiones con la distribuidora. Acompañamos a las personas consumidoras durante todo el proceso, porque los errores y las trabas de la administración no deben recaer sobre quienes quieren dar el paso hacia una energía más justa. En Ecooo lo tenemos claro.

Mientras tanto, seguiremos investigando, presionando e innovando, porque Ecooo nació hecho para cambiar las reglas del juego, y nos gusta hacerlo junto a otras organizaciones como Ecologistas en Acción. Estas son las dos patas de Ecooo, por un lado, facilitar la instalación, los trámites y el papeleo del autoconsumo; y por otro, trabajar para que la energía sea cada vez más accesible, esté al alcance de toda la ciudadanía y, en definitiva, poner la energía en manos de la gente.

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