Por Juan José del Valle @KaidelValle, Responsable Técnico de @Ecooo_
Un día cualquiera, Carmen decide que quiere generar energía limpia y gratuita a partir del Sol. Tiene unos ahorrillos y mejor que tenerlos en el banco pensó en dedicarlos a mejorar su casa. No le convence tirar sus ahorros en la típica obra de reforma; ¿realmente es una buena inversión para su hogar cambiar los azulejos y los muebles de la cocina?, ¿el mundo será un lugar mejor porque su encimera sea de color acebo, en vez de blanca?
Carmen lo tiene claro. Quiere dotar a su vivienda de un sistema solar para aprovechar las horas de luz del Sol y así generar su propia energía limpia. Con esta acción siente que está dando un buen paso y dando ejemplo, actuando contra el cambio climático, de paso ahorrará dinero en su factura eléctrica.
Carmen no está sola, la Unión Europea legisla para que los nuevos edificios generen más energía de la que consumen. Las viviendas de energía casi nula o energía positiva son el futuro y es una buena decisión anticiparse a ello.
Así pues, dos semanas después de aprobarse el real decreto de autoconsumo, Carmen decide comprarse una instalación fotovoltaica. Consume 3.000kWh cada año y quiere una vivienda de energía positiva. La empresa instaladora le recomienda una instalación de 2kW que produce esa misma energía al cabo del año y que cuesta 6.850€, todo incluido. La instalación durará un par de días y la legalización unos 6 meses; poco tiempo comparado con los 30 años de vida útil del sistema solar.
Durante las horas de sol, el sistema fotovoltaico producirá buena parte de la energía que consume. Por las noches o cuando haya poca luz, Carmen le comprará la energía a las compañías eléctricas como hasta ahora. Carmen seguirá conectada a la red y pagando en su factura eléctrica esa energía nocturna y la potencia contratada.
La fuente solar
El sistema fotovoltaico es como la fuente de agua en un pilón que tan frecuente es en muchos pueblos de España. En un pilón, el grifo abierto deja correr el agua continuamente. Es agua gratis que procede de un manantial. El agua corre libre.
En un sistema solar, todos los días cuando sale el sol, la energía como el agua, comienza a correr. Cada vez que Carmen pone un cubo de agua (enciende un aparato eléctrico), aprovecha ese agua gratis (energía gratis). Si quita el cubo o éste rebosa (cuando genera más energía de la que consume), el agua (energía) sigue corriendo hacia la red de distribución. El agua (energía) no se pierde porque es gratis, pero obviamente cuanta más agua se pueda aprovechar pues mejor.
Así pues, el sistema solar de Carmen produce energía gratis cada día y de los 3.000kWh de energía limpia que generará el sistema solar, Carmen aprovechará durante las horas de sol el 30% como energía autoconsumida. El otro 70% será energía excedente. Gracias a esos 1.000kWh que dejará de consumir cada año, Carmen pagará un 30% menos en el término de energía de su factura de la luz. Claro que como en la factura se cobra tanto por la energía como por la potencia, el ahorro que verá en su factura rondará el 20%. Y es mucho más rentable invertir en autoconsumo que en un depósito en un banco, pues la rentabilidad que obtendrá con el ahorro es superior al 3% anual muy superior al 1,5% que dan los bancos o los bonos del Estado.
Carmen no tendrá que pagar ningún peaje por la energía autoconsumida, puesto que su contrato de la luz es inferior a 10kW y nadie que esté por debajo de esa potencia debe pagar “peaje al sol” alguno.
¿Y los excedentes?
Carmen sabe que no merece la pena vender los excedentes con la legislación actual pues no tendría ningún beneficio económico. Si quisiera vender el excedente se convertiría en un autoconsumidor Tipo 2, que sí debe pagar un peaje por la energía autoconsumida, que además debe pagar impuestos por la generación, peajes de acceso y realizar papeleos trimestrales.
En cambio Carmen sí podría pensar en acumular ese 70% de excedente y utilizar esa energía en las noches cuando no hay sol. Para ello, necesitaría que su sistema fotovoltaico esté equipado con un inversor híbrido y una batería. Un sistema de esas características le costaría 13.175€. Carmen lograría así un ahorro de más del 95% en el término de energía. Por lo que su ahorro en la factura alcanzaría el 70% y una rentabilidad del 5%.
Como utilizar baterías es caro, Carmen prefiere el sistema fotovoltaico más barato y sencillo que cuesta 6.850€. Regalará los excedentes pero algún día llegará un buen Gobierno que los recompense de una forma fácil, sencilla, sin papeleos y sin baterías como ocurre en más de 60 estados en todo el mundo.
¿Y el nuevo real decreto de autoconsumo?
El nuevo real decreto de autoconsumo pone trabas al autoconsumo, pero no lo hace inviable. Es importante recordar que para autoconsumidores de menos de 10kW:
- No hay peaje por energía autoconsumida para consumidores de menos de 10kW, es decir, casi todas las viviendas del país.
- No se paga ningún cargo adicional por potencia del sistema fotovoltaico mientras que no se reduzca la potencia contratada, ni se supere la misma. Si la vivienda no supera su potencia contratada, evidentemente con el sistema fotovoltaico tampoco se va a superar. Y por tanto, no va a pagar ningún cargo adicional por la potencia del sistema solar.