El refranero español está lleno de sabiduría popular, y aunque no se pueda tomar todo al pie de la letra, hoy queremos traer a colación dos grandes refranes que nunca pasan de moda: “aunque la mona se vista de seda, mona se queda” y “cuídate de los lobos con piel de cordero”. ¿Por qué son relevantes ahora? Porque la gran empresa energética española Cepsa cambia a Moeve. La misma empresa, promesas vacías, la misma violencia económica y ecológica, pero con otro nombre.
Una transformación de imagen hacia la sostenibilidad tóxica
La nueva marca aboga por la transición hacia un modelo más sostenible. Desde su área de responsabilidad social corporativa, presentan el cambio hacia un modelo basado en la movilidad eléctrica, los biocombustibles de segunda generación y el hidrógeno. Además, han modificado el color corporativo, pasando del rojo (un color masculino, agresivo, que inspira fuerza y está relacionado con el fuego), a un azul verdoso, símbolo del hidrógeno, la naturaleza y la sostenibilidad. Aunque intenten darle un lavado de cara, parece ser puro marketing, un cambio de fachada sin sustancia. Este es el resultado del cambio de nombre de CEPSA a Moeve.
Para empezar, la compañía afirma estar desarrollando el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, un macroproyecto empresarial que se presentó en el Parque Energético San Roque (Cádiz) y que tiene como objetivo la creación de nuevos combustibles para impulsar al país hacia la descarbonización. Esta noticia puede sonar positiva, pero al profundizar un poco, descubrimos que para producir la cantidad de hidrógeno verde que proyectan necesitarán construir macroplantas solares y macroinstalaciones eólicas.
Impacto ambiental y modelo de acumulación
Cepsa sigue reproduciendo un modelo energético y económico acumulativo, sin poner a la ciudadanía en el centro de la transición energética. Revalidan el modelo capitalista al acumular riqueza mediante el uso de recursos naturales, con todas las consecuencias negativas que ello implica. Las grandes instalaciones eólicas provocan la muerte de aves, erosión del suelo, deforestación y riesgos de rayos e incendios por las torres; además, suponen altos niveles de radiación electromagnética y un impacto negativo en los municipios cercanos.
Por otro lado, las macroplantas solares contaminan el suelo y el agua con los derrames producidos durante las obras, deteriorando la calidad del agua en una región ya afectada por sequías, además de fomentar la erosión y la desertificación del suelo. Puede que la intención sea buena, pero la ciencia dice que es un modelo energético que destruye.
Alternativas al modelo energético tradicional
Una vez más, las grandes empresas del oligopolio energético, respaldadas por las administraciones públicas nacionales y autonómicas, cambian solo lo necesario para mantener su status quo y sus privilegios intactos. Las administraciones, que deberían velar por el bienestar ciudadano, en lugar de promover un modelo energético que empodere a la población, siguen respaldando modelos extractivos que benefician a unas pocas empresas.
A pesar de que parezca que vivimos en un mundo de distopías, existen alternativas. Hay fórmulas energéticas y económicas reales donde cualquier persona puede generar su propia electricidad, como el autoconsumo. Aunque puede realizarse de forma individual, el autoconsumo colectivo permite que una sola instalación genere energía suficiente para todo un vecindario. También merece la pena mirar hacia el futuro con las comunidades energéticas, que cuentan con una figura jurídica en vías de profesionalización.
Ecooo y la transición energética ciudadana
En Ecooo Energía Ciudadana, tenemos una trayectoria de veinte años trabajando por un cambio de modelo energético, poniendo a las personas en el centro y luchando contra la pobreza energética, promoviendo la redistribución de los recursos. En Ecooo, somos líderes en el autoconsumo y en la creación de comunidades energéticas locales; acompañamos en todo el proceso para que las personas no se sientan solas ni abrumadas por la burocracia. Creemos y ayudamos a crear un sistema económico centrado en la comunidad y no en la acumulación de riqueza dentro de un modelo productivista que solo nos lleva, como sociedad, a nuestros límites más humanos.
Si quieres saber más, no dudes en escribirnos o llamarnos. Somos una Oficina de Transformación Comunitaria, dedicada a informar, asesorar y acompañar a la ciudadanía en la transición energética.