La crisis climática amenaza con reducir un 19% la economía global
La crisis climática no es solo una emergencia ambiental, sino también una amenaza directa a la economía global. Según un estudio publicado en la revista científica Nature, titulado The economic commitment of climate change, el aumento de las temperaturas y la intensificación de fenómenos extremos podrían provocar, de aquí a 2050, una pérdida económica global del 19% del PIB.
La investigación, liderada por el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK), señala que los efectos del calentamiento global ya están impactando negativamente en la productividad laboral, el estado de las infraestructuras y, sobre todo, en el sector agrícola, donde el deterioro de cultivos y la disminución de la producción representan un reto creciente para la seguridad alimentaria.
España: el sur pierde más que el norte
En el caso de España, la pérdida media estimada sería del 18%, aunque con importantes diferencias regionales. Las zonas más cálidas y con escasez de agua como Andalucía y Extremadura podrían sufrir caídas de hasta el 25%, mientras que regiones del norte de la península se mantendrían por debajo de la media nacional.
El estudio analiza más de 1.600 regiones del mundo y destaca que la alteración de los patrones de lluvia será otro de los grandes desafíos. En Cataluña, por ejemplo, el riesgo de sequías extremas convive con episodios cada vez más intensos de lluvias torrenciales, lo que podría acarrear un coste combinado de hasta 36 billones de euros en pérdidas.
Un golpe desigual al planeta: el sur global, el más afectado
No todos los países sufrirán de igual forma. Las naciones situadas en climas cálidos serán las más golpeadas. Según el Instituto de Potsdam, países como Irak (-30%), Catar (-31%), Pakistán (-26%) o Brasil (-21%) enfrentan impactos mucho más severos que otros como Alemania (-11%), Francia (-13%), Estados Unidos (-11%) o Reino Unido (-7%).
Fuente: Kotz, M., Levermann, A. & Wenz, L. The economic commitment of climate change. Nature 628, 551–557 (2024). https://doi.org/10.1038/s41586-024-07219-0
El informe concluye que las mayores pérdidas se concentrarán en África, América Latina y el sur de Asia, aunque ningún rincón del mundo quedará al margen. Incluso Estados Unidos, uno de los motores económicos globales, se verá frenado a niveles sin precedentes, lo que generará un efecto en cadena en Europa y otros países industrializados.
Una crisis con alternativas
Lo que diferencia esta crisis de otras anteriores, como la pandemia de la COVID-19 o la recesión de 2008, es su carácter persistente. No es un shock puntual tras el cual pueda iniciarse una recuperación. El cambio climático es un proceso continuo que, si no se revierte, agravará sus efectos con el paso del tiempo. De hecho, ya está provocando una pérdida anual del 1,8% del PIB mundial, una cifra que no deja de aumentar.
Pero no todo está perdido. Existen formas de hacer frente a esta amenaza combinando economía y acción climática. Porque nuestros ahorros, o más bien dónde los coloquemos, y el cambio climático siempre han estado relacionados. Un ejemplo claro. los bancos siguen financiando a las empresas más contaminantes del planeta. En 2024 la banca invirtió 869 mil millones (billones en ingles estadounidense) en financiación de proyectos fósiles. Un dato, que si lo comparamos con el de 2023, el crecimiento se sitúa en 162,5 mil millones respecto al año anterior. En total, desde el Acuerdo de París, los bancos han destinado 7,9 billones de euros (trillones en lenguaje estaodunidense) a financiar combustibles fósiles.
Hay alternativas: invertir para revertir
Cuando depositamos nuestros ahorros en la banca tradicional, en la práctica estamos financiando la destrucción del planeta. Pero existen otras formas de invertir que no solo no perjudican, sino que ayudan a construir una economía limpia.
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